En nuestro Continuum de espacio tiempo estamos inmersos en un espectro no quiero decir cuántico pero digamos de posibilidades probabilísticas.
En este telar de causa efecto de nuestras decisiones del día a día vamos existiendo o "vibrando" con otros y en diversidad de circunstancias.
Así en este desdoblamiento de nuestro ser se manifiesta en la conciencia diversas vivencias.
Pero en nuestra red neuronal se va "guardando" esta relación con el mundo. Y las maneras que hemos reaccionado en circunstancias similares.
Aunque es un artificio de la mente porque el mundo es indeterminado y divergente. Lo encajamos en nuestra enciclopedia semántica.
Así estás esferas vibrantes que somos se relacionan de una manera sutil.
Estás energías se van abriendo camino unas a otras. Pero la cuestión es que por el ahorro de energía misma se buscan o se encuentran en sus campos de posibilidad y de acción. Una idea similar como en los vasos comunicantes surrealistas.
En esta interpretación no es que se atraigan per se. Y metafísicamente estén destinadas. Sino que se juegan las posibilidades una y otra vez hasta que lo más necesario y el llenado de vacíos lo vuelve digamos casi inevitable.
Así todo tiende a ser lo que necesariamente por sus transformaciones es suficiente y necesario en su misma causa. Y en su mismo ritmo de crecimiento.
Lo mágico es que siempre está abierto y reinterpretativo aunque pareciera determinado y completo. En realidad es inderminado e incompleto. Y al poner uno la medida y el límite lo hace parecer exacto preciso, aunque es difuso e inabarcable.
Y se abren una y otra vez hasta quedar cerradas por un tiempo y volver a abrirse.
Y el misterio del tiempo se resuelve discontinuamente con esos juegos de posibilidades que somos.
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